miércoles, 9 de abril de 2014

Sangre que hace música con el tiempo






La carroña del tiempo. Todo lo ha convertido en carroña. Pájaros improbables extraen vísceras de su cuerpo y el mío. Está llegando el agotamiento del mundo. Los relojes están exhaustos. El vagido del mundo. Pájaros cuya anatomía recuerda a la muerte recogen con sus picos segundos, minutos y horas. Extraen vísceras improbables de los cuerpos. Se está agotando el tiempo en el interior de tu organismo. Hay un mecanismo carnal en tus adentros. Engranajes fabricados con cartílagos íntimos. Mecanismos blandos adictos a la belleza de lo imperfecto. Juegas con el final, lo retas con palabras cuya corrupción es negra. Creo recordar que un día te besaba. Lo dulce se vuelve amargo. El vino, el café y el sexo constituían tu cuerpo. Recuerdo que eras un pájaro improbable que extraías de mi cuerpo la carroña del tiempo. Vísceras cuya supervivencia consistía en mantener su aspecto sanguinolento. Creo que un pájaro recordaba con su pico que eras improbable. Te escribía poemas cuya persistencia era aún menor que la celulosa. Palabras evanescentes aun antes de ser engendradas. Constato con la ceguera de mis manos la caducidad de la tierra, su naturaleza inconsistente. Se disuelve el improbable pico de pájaro-víscera. Mi sangré caerá haciendo música, se romperá o rodará recordando la salvaje textura de mis venas. Puedes ver mi sangre, estudiarla en la forma cóncava de tus manos y comprobar su pigmentación púrpura, chuparla con tu lengua, dejar que se consuma a medida que ocupa tus entrañas. O podrás pintar tu vientre con mi sangre cuando ruede haciendo música desde la cansada vasija de mis venas, fabricando un silencio que embadurne tu epidermis. Vísceras con plumas extraen pájaros del interior de mi pico. Se consume el metrónomo cimentado con las excrecencias de mi corazón y de mis pulmones. Hay un pájaro de fuego extrayendo adentros de tus vísceras. El plumaje del tiempo ha perdido su brillo, su consistencia ingrávida. Llegó a su fin la adolescencia de la muerte. 


                    Pendula 

sobre mí 

            la decadencia de las horas. 



Inspirado por Minúsculos Cuentos


1 comentario:

  1. Joder. Muy bueno, Mariano. Lo he leído demasiado deprisa, aunque volveré, te lo aseguro.

    Pero te tenía que decir lo mucho que me ha resonado a algo que escribí hace años:
    http://luistarrafeta.com/poesia/johari-web/johari-lo-desconocido/2/

    No, no tiene nada que ver. Salvo en mucho de lo improbablemente semejante.

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